miércoles, 8 de abril de 2009

El cachorro de villa

El cachorrito de villa llega a un día a un terreno, con la única norma aparente de no pisar jamás la casa de los humanos. ¿Qué hacer, con que jugar, con quién? Si en unos días ya le aburría cada rincón de su celda y no encontraba nada interesante con que jugar salvo con la ropa que tendían de vez en cuando, encontrándose tan y tan solito…

Unos 26 minutos al día estaba en compañía de los humanos: 1 minuto tardaban en echarle la comida, 5 dedicaban a jugar con él y otros 20 en gritarle por ladrar, hacer agujeros, robar la ropa tendida… a veces llegaba otra persona, le pinchaba y se iba.

Hacía frío, el cachorrito buscaba las zonas donde dormir un poquito al sol, por lo menos así pasaba el rato… ¡que aburrimiento! Un día, se puso a escarbar en el suelo, y encontró un tesoro, ¡el tesoro del caso!! Los humanos salieron de la casa y le hicieron caso, le llamaron malo y sonaban alterados, pero estaban con él, hizo agujeros más y más grandes, descubrió que así también podía pasar el rato, además se cansaba y luego dormía más a gustito.

Pasaban los días, semanas y meses y el cachorrito iba creciendo, no conocía a otros perros, ni lugares, solo sabía que los humanos son impredecibles y raros, la casa no se pisa, si coges ropa te persiguen, si ladras mucho salen a ver qué pasa y que todos los días son exactamente iguales… bueno, todos no, a veces la casa se llenaba de tantos humanos que tenían que comer en el jardín, eso era malo, cuando pasaba eso le ataban en un rincón para que no les molestara, por lo menos, después del largo día de sufrimiento se podía comer las sobras de todo, que no le sentaban muy bien a su tripita pero conseguían que durmiera mejor.

Llegó el día en que no dejaba de ladrar a todo lo que se acercaba al terreno, entonces orgullosos los humanos pusieron una placa en la puerta “cuidado con el perro”

Cuidado con el perro, si, porque detrás de esa placa, de esas verjas hay un perrito que no ha sido socializado ni con perros ni personas, y si, puede que ladre y se altere o emocione mucho cuando se acercan personas o perros, con una mezcla de miedo, ansiedad o inseguridad ante algo tan desconocido, algo que no le dieron la oportunidad de conocer… porque el ya perro de villa no sabe lo que es salir a dar un paseo, jugar con otros perros, relacionarse con ellos…


Autora: Cinta Marí

1 comentario:

  1. EXCELENTE!

    Una bonita forma explicar a los futuros dueños, algunas ideas muy útiles cuando llegue el cachorro a casa.
    MUY BUENO.

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